Carlos Serres

¿Por qué es importante el corcho para el vino?

Mucho más que un simple cierre, el corcho de una botella de vino es un protagonista secundario que pasa muchas veces desapercibido. Un error común si tenemos en cuenta que es, precisamente, el corcho el guardián del sabor que disfrutamos en cada copa pero, también, el culpable en muchos momentos de que un vino no esté a la altura de lo que esperamos de él.

Compañero inseparable de una botella, el corcho tiene un papel determinante que no solo no podemos menospreciar sino que, además, es recomendable conocer tanto para darle la importancia que tiene como para saber identificar si, en un momento dado, un corcho no está en el estado deseable para mantener correctamente un vino.

Así, conozcamos sus cualidades y el valor que tiene en la conservación del vino.

LA IMPORTANCIA DEL TAPÓN DE CORCHO

De manera histórica, el corcho ha sido compañero del vino por dos atractivos propios del material: su porosidad e impermeabilidad. Dos factores que resultaron determinantes para que, a mediados del siglo XVIII, se extendiera su uso gracias a la visión de Pierre Pereignon: un monje de la Champagna francesa que supo detectar que el corcho evitaba que el carbónico de la segunda fermentación en botella descorchara las botellas (gracias a su capacidad de contraerse con los cambios de presión y temperatura).

Desde entonces, el uso del corcho para cerrar las botellas de vino se consagró de manera definitiva para todos los vinos pero, especialmente, para los vinos Reserva y Gran Reserva (o, lo que es lo mismo, todos aquellos vinos que permanecen durante largos periodos de crianza en bodega).

Función del corcho en un vino
Algo que no responde a la casualidad sino, más bien, a la capacidad de adaptación del corcho a las condiciones climáticas externas. Dada su elasticidad, el tapón de corcho es indispensable para cumplir con una doble función: por un lado, permitir la microoxigenación del vino (algo que facilita que evolucione de manera lenta y progresiva); por otro, protege el interior de la botella del exceso o defecto de humedad ambiental del exterior.

Por este mismo motivo, es fundamental conocer la mejor manera de guardar las botellas de vino. Una garantía que evitará que cualquier factor incida en su sabor, con especial atención a la humedad. Y hacemos hincapié en este aspecto, porque su exceso o defecto es precisamente una de las señales que un corcho nos dará de una mala conservación: mientras su falta resecará el corcho (corriendo el riesgo de rasgarlo y dejar entrar más aire de la cuenta), el exceso provocará la aparición de hongos en su superficie.

DIFERENCIAS FUNDAMENTALES CON EL TAPÓN SINTÉTICO

Precisamente por este último aspecto (la aparición de hongos, conocida como TCA), en los últimos años ha ido ganando terreno el uso de los tapones sintéticos.

Un empleo cada vez más habitual que permite recortar los porcentajes de infecciones por hongos en el vino que se dan de manera habitual (así sea en un pequeño número de botellas y de manera independiente de la calidad del corcho). Sin duda, una razón de peso para que sobre todo en la última década el tapón sintético se haya impuesto como una alternativa práctica al corcho habitual.

Diferencias entre corcho y tapón sintético
Las principales ventajas de los tapones sintéticos no se resumen únicamente a que, al tratarse de un material inorgánico, evitan las infecciones de hongos. Además, este material permite controlar mejor el vino dentro de la botella así como facilitar el almacenaje en vertical de las botellas (que ya no necesitarán mantener la humedad de los corchos ni facilitar la entrada de oxígeno).

Sin embargo y a pesar de todas las virtudes, es importante tener en cuenta que este tipo de tapones sintéticos no son aptos para todos los vinos. Dada su consistencia y falta de elasticidad, no permiten la entrada de aire por lo que tan solo son aptos para vinos que no necesitan una larga evolución en botella (ya que no podrán contar con la entrada de aire característica del corcho).

Ventajas e inconvenientes que, sin duda, no han desbancado el reinado del tapón de corcho. Un compañero sin el que es difícil entender el vino a pesar de todo.