Carlos Serres

La recolección de la uva

La vendimia es, quizás, el momento más esperado del año. El fruto de muchos meses de trabajo, de preocupación. De mirar al cielo, de mimar y cuidar las plantas, y de aguardar el momento idóneo para recoger cada una de esas uvas que se convertirán en el alma de los vinos de esa temporada. Quizás porque en cada una de ella reside el tesón y el espíritu de una tierra que, una vez al año, nos regala todo su sabor.

Si bien hay muchas otras labores en el campo, la de la vendimia es sin duda la más característica de nuestras tierras jarreñas. Una labor que, desde tiempos inmemoriales, constituye una de las citas obligatoria de un municipio comprometido con el vino. Y es que la vendimia es, como no podía ser de otra manera, uno de los oficios reflejados en el museo vitivinícola al aire libre que puebla las calles de Haro. Un homenaje a su tradición pero, también, a su presente.

Sepamos, pues, un poco más de este singular oficio que, a pesar de la mecanización, sigue conservando todo su espíritu artesanal en nuestras bodegas Carlos Serres. Una forma de cuidar cada uva como se merece, velando por que cuando llegue a nuestras cubas esté en perfecto estado.

CUÁNDO SE RECOGE LA UVA

A pesar de que la uva tiene un momento específico, lo cierto es que la variedad de climas y geografía de España hace que la vendimia se realice desde mediados de agosto hasta bien prácticamente rozar el mes de noviembre. Y es que no es lo mismo la maduración de la uva en Andalucía que en un clima como el de Haro, ni tampoco lo es según la climatología que haya marcado su crecimiento y periodo de maduración.

Son estos dos factores, junto con la tipología de la uva que también define su momento de recogida, los que pueden alterar el calendario, convirtiéndolo en uno vivo que se amolda anualmente según las circunstancias de lluvia, sol o frío que se den.

Pasos de la vendimia

Sin embargo, en las tierras de Haro la vendimia suele comenzar en el mes de septiembre. Un mes en el que las temperaturas todavía no se resienten por la noche, y que goza de días de buena luminosidad. El día de comienzo de vendimia lo marcarán las propias uvas: solo se comenzará la recogida cuando estas cumplan con los requerimientos que establece cada bodega. Cuando hayan alcanzado el grado de maduración óptimo por la cantidad de azúcar y ácido presente en la fruta. Algo que, lejos de ser estándar, en realidad depende en gran medida de los tiempos de cada cepa de vid.

Aunque está en manos del enólogo de cada bodega decidir el momento de la vendimia, hay algunas pautas que para los mortales poco familiarizados sirven como guía: la uva está lista para ser recogida cuando podemos comerla y disfrutarla. Cuando el sabor del grano es suave y azucarado, y las semillas se separan con facilidad de la pulpa.

PASOS DE LA VENDIMIA

Es curioso saber que este oficio artesanal de la vendimia es una herencia de diferentes pueblos del Mundo Antiguo consagrados al vino. Y es que, a pesar de la modernización, todavía hoy se conservan muchas tradiciones de entonces en la recogida de la uva. Se le atribuye a la Grecia Antigua el regalo de exportar por el Mediterráneo sus técnicas vitivinícolas. Unas aprendidas de los romanos que, a su vez, las heredaron de los antiguos egipcios.

Más allá de las técnicas, también es curioso que todavía hoy conservamos parte del espíritu de la vendimia de entonces: si la recogida de la uva suponía una fiesta pagana en honor al Dios Dionisos en el caso de los griegos o para Baco en el caso de los romanos, para los jarreños no deja de tener (aún sin celebraciones) ese punto festivo. Un momento de agradecerle a la tierra unos regalos que, en unos meses, serán vino.

Cómo se vendimia

Es necesario entender los pasos de la vendimia para poner en valor su peso en la elaboración de cualquier caldo. Desde, aproximadamente, un mes antes de la recogida es momento de comenzar a revisar concienzudamente los racimos para comprobar su evolución. Una forma de testar el estado de las uvas pero, también, de anticiparse en un plazo máximo de recogida de los mismos.

Con la maduración, es momento de madrugar. De comenzar a recoger racimos incluso desde que el sol se pone, colocándolos cuidadosamente en cajas en las que nunca habrá un peso excesivo par evitar que se la uva se rompa o se aplaste. Cortando cada uno de ellos de la vid con sumo cuidado, sin herir a la planta ni infringirle un corte excesivo. Y es que la recogida manual es sin duda mucho más trabajosa, pero también una auténtica garantía para elaborar los vinos de calidad que salen de nuestras bodegas.

Un proceso artesanal que nos permite que, incluso en el momento de vendimiar, continuemos cuidando a la vid. A esa madre vegetal de nuestros caldos que, un año más, nos regala el sabor de nuestra tierra en forma de fruta.

Una auténtica filosofía que nos permite mantener la calidad de todos los vinos de Carlos Serres, añada tras añada.