Carlos Serres

¿Qué es el terroir?

Es uno de esos términos del vocabulario del vino que estamos acostumbrados a escuchar. Y, por familiar que pueda resultarnos, resulta que conocer qué es el terroir conlleva indagar un poco más allá de las apariencias. Porque, por más que suponga una referencia directa a la tierra, la complejidad de este término va mucho más allá.

El suelo en el que crece la vid juega un papel importante a la hora de definir qué es el terroir. Pero este nombre adaptado del francés terre tiene unas connotaciones que bien podemos considerar un auténtico universo en el que suelo, climatología e, incluso, la orientación de un determinado viñedo se refiere. Es ese conjunto de factores que definen una determinada zona vitivinícola, y que otorga a sus vinos una personalidad única. Lo que hace, incluso más que el buen hacer del enólogo, que un determinado caldo tenga un carácter único.

Por su importancia, es interesante conocer a fondo el terroir o terruño. Un conjunto de factores que nos ayudarán a comprender mejor este término, y a valorar qué supone en cada gota de vino que disfrutamos.

FACTORES QUE DEFINEN EL TERROIR

Como decíamos, saber qué es el terroir o terruño implica ir más allá de la mera tierra. Si bien es cierto que ésta tiene un peso absoluto en la personalidad de un vino, no puede juzgarse con un factor aislado. Cierto es que cada suelo aporta sus propias características, pero juzgar su implicación en el sabor final de un vino pasa por considerar muchos más aspectos. Unos que, si bien no son puramente la tierra, también inciden en cómo ésta se comporta e, incluso, en cómo afectan a los aromas y matices de un determinado caldo.

Factores que inciden en qué es el terroir

Y sí: está claro que la importancia del terruño se debe, en gran medida, a las características de un determinado suelo. Lejos de ser secundarios, su composición geológica puede variar sustancialmente las características de una determinada uva. Pero, más allá de la superficie, hay que contemplar que detalles como la profundidad del suelo, su latitud o altitud, el drenaje o la composición mineral de la tierra definen el carácter de un determinado caldo.

Pero la cosa no se queda ahí a la hora de definir qué es el terroir. Porque, como hemos comentado en otras ocasiones al hablar de cómo afecta el clima y la geografía al vino, hay otros aspectos decisivos que marcan el terruño. Las horas de sol, la diferencia de temperatura entre el día y la noche, la pendiente de la superficie plantada, la pluviometría anual o, incluso, el tipo de vientos que se dan en el viñedo son determinantes en el carácter final de un caldo.

¿CÓMO INFLUYE EN EL VINO?

Tras lo que acabamos de comentar, la respuesta es lógica: la incidencia del terroir en el vino es absoluta. Hay que comprender que tanto la tierra como todo el resto de elementos climatológicos o geográficos que acabamos de comentar tienen un efecto directo en la anatomía de la uva. Y no solo en ella: también repercute en su maduración y, por ende, en la presencia o no de los azúcares tan necesarios para la transformación del mosto de uva en vino. Un aspecto que, lejos de ser secundario, marcará incluso la rotundidad de sabor o no de un determinado caldo.

Cómo influye el terroir en el vino

Basta con ver un ejemplo práctico para comprender la magnitud del efecto que el terroir tiene en el vino. Un mismo tipo de uva como la Tempranillo, autorizada en cerca de 40 Denominaciones de Origen de nuestro país; tendrá notas, matices y aromas diferentes cultivada en lugares tan dispares entre sí como La Rioja y Valdepeñas.

Cuestión de suelo, del carácter de una zona. De sus peculiaridades, de su personalidad. El terroir es toda esa suma de aspectos que hace de cada zona productora de vino una única y singular. Un código casi genético responsable de la identidad y el carácter de cada vino.