Carlos Serres

¿Puedo beber vino estando a dieta?

Es una de las dudas más habituales en esta época del año: ¿el vino engorda? Una pregunta que nos hacemos especialmente en esa época del año en la que queremos cuidar nuestra alimentación. Y es que el verano no solo es un tiempo de ocio. También lo es de acordarnos de esos kilos que se han quedado a vivir con nosotros durante los meses de invierno, y que ahora nos sobran. Una auténtica renuncia a disfrutar de algunos oscuros objetos de deseo.

Y es que, no nos confundamos. Buena parte de los mayores placeres de esta vida engordan. Algo que, en un momento en el que nos cuidamos más, supone hacer esa cuenta de calorías constante. Unas auténticas desconocidas para nuestros antepasados que, sin embargo, hoy están de rabiosa actualidad.

Lógicamente, en esa cuenta incansable por saber cuánta energía consumimos el vino no se escapa. A pesar de que sea una bebida pensada para el disfrute, no deja de ser un alimento. Uno que contiene nutrientes y que, por esa razón, nos hace preguntarnos si podemos o no disfrutarlo estando a dieta.

Veamos algunos aspectos a tener en cuenta para saber si podemos disfrutar de una copa dentro de nuestro balance calórico diario.

¿CUÁNTAS CALORÍAS TIENE UNA COPA DE VINO?

Está claro que no hay un baremo estandarizado para saber cuántas calorías tiene una copa de vino. En realidad, este aporte depende de un buen número de factores. Las uvas con las que se elabora un determinado caldo o, incluso, el tiempo de maduración pueden incidir en su carga calórica. Algo lógico si tenemos en cuenta que la uva es un fruto con un alto porcentaje de azúcar. Uno de los aspectos que dan, precisamente, una personalidad y otra a un determinado vino.

Cuántas calorías tiene una copa

Pero además del azúcar, también incide directamente en el número de calorías la concentración alcohólica de un vino. Y, a pesar de que tampoco existe una regla de oro para establecer el número de calorías de cada caldo, sí es cierto que podemos hacernos una idea siguiendo unas líneas orientativas. Normalmente, se establece que los vinos espumosos cuentan con una mayor concentración de calorías: entre 100 y 180 por copa. En esta misma catalogación, estarían las tres grandes familias de vinos: tintos, rosados y blancos. Para ellos, la media de calorías está entre las 110 y las 180 calorías.

Mención aparte merecen, como es lógico, los vinos dulces. Su concentración de azúcares es más elevada. De ahí el alma de su sabor. Para ellos, los estándares de calorías establecen que suelen aportar en torno a 300 por cada copa.

Como calcular las calorías de una copa

En cualquier caso y más allá de abanicos de calorías, podemos calcular cuántas tiene exactamente una determinada copa de vino. Eso sí: tendremos que armarnos de calculadora para poder saberlo. Más que nada, porque el cálculo supone discriminar el porcentaje de alcohol que estamos ingiriendo en cada copa.

Para empezar, tenemos que partir del número de servicios que podemos disfrutar con una botella de vino de 75 centilitros: entre siete y ocho copas. Una cantidad que nos permite establecer que el contenido medio de una copa es de 100 mililitros. Además de conocer esta cantidad, tenemos que contemplar el porcentaje alcohólico del vino. O, lo que es lo mismo, de etanol presente en un determinado caldo.

Conociéndolo, tan solo bastará con calcular el porcentaje de etanol presente en la copa de vino. Y, con esa cantidad extractada, multiplicarlo por 0,8. Los gramos que pesa un mililitro de alcohol.

La manera más rápida, que no la más sencilla, de saber hasta qué punto esa copa de vino puede desequilibrar nuestra balanza calórica.

¿ENGORDA EL VINO?

Una pregunta comprometida, básicamente porque no hay todavía unanimidad en este aspecto. Por un lado, está claro que el único alimento que no engorda es el agua. Y que el vino, por el simple hecho de ser un derivado de una fruta, cuenta con azúcares y alcoholes que tienen carga calórica. También es cierto que, volviendo a las operaciones de calculadora, estas calorías son mínimas. Tan mínimas que equivalen a una manzana, un plátano o, incluso, un yogurt.

¿Engorda el vino?

Sin embargo, no todo se reduce a las calorías de una copa de vino. Y es que esta increíble bebida que acompaña al ser humano a lo largo de su historia presenta un buen número de nutrientes que no podemos dejar de lado: sodio, potasio, calcio, hierro o vitamina B6 son algunos de ellos.

Y ahora que conocemos las calorías de cada copa, sepamos algo más. Según la Organización Mundial de la Salud, uno de los componentes del vino podría tener propiedades positivas para disminuir las grasas de nuestro organismo. Hablamos del resveratrol: un increíble antioxidante natural que no solo ayuda a sintetizar el llamado colesterol bueno. Además, sería idóneo para reducir los niveles del considerado colesterol malo.

Así que, sea como sea, no eliminemos esa copa de vino de nuestra dieta. Una manera de cuidarnos mientras disfrutamos de su increíble sabor.