Carlos Serres

¿Por qué se habla de vinos veganos?

Día tras día, el número de veganos del mundo aumenta. Hay quienes renuncian a la ingesta de productos animales por razones de salud, por conciencia ecológica o, incluso, en una búsqueda por incorporar este tipo de dieta a su estilo de vida. No, no es una moda. Ser vegano es una auténtica filosofía existencial que va mucho más allá de prescindir de la carne o de los huevos.

A simple vista, puede parecer sencillo que sí o no está incluido en la dieta de un vegano. Y, hasta ahora, el vino no era un alimento aparentemente sospechoso. Algo lógico si tenemos en cuenta que un caldo no deja de ser zumo de uva fermentada y embotellada.

Sin embargo, quienes viven el veganismo plenamente han cuestionado también la presencia del vino en sus dietas. Algo que se sustenta en que hay diversos elementos en el proceso de elaboración de un caldo que sí son de procedencia animal.

Por estas razones, cada vez un buen número de bodegas han comenzado a sacar al mercado vinos a la altura de la estricta dieta vegana. Es decir, un vino vegano que ha sabido buscar alternativas  a los procesos clásicos de elaboración para poder incluirse en cualquiera de estas dietas.

CARACTERÍSTICAS DE LOS VINOS VEGANOS

Llegados a este punto, cabe preguntarse cómo es exactamente un vino vegano. Una pregunta que, a priori, despierta dudas sobre cómo son los vinos tal y como los conocemos. Que nadie se llame a error. El vino no deja de ser lo que sabemos: una bebida fermentada a partir de uva.

Y, ya solo por eso, se considera y es un producto plenamente natural. Uno en el que no hay agentes químicos que puedan alterar el alma del producto.

Sin embargo y como decíamos, ser vegano implica ir un paso más allá de la alimentación. Intimamente ligado a ello está el profundo respeto por el mundo animal, y una conciencia de sostenibilidad que llega incluso a desechar el uso de cualquier ingrediente de origen no vegetal por ínfimo que sea. Y ahí es, realmente, el aspecto que justifica la existencia de los vinos veganos o vinos orgánicos.

Características vino vegano

En el proceso de purificación de un vino, ese paso previo al filtrado y embotellado previo a la fermentación, pueden intervenir ingredientes de origen animal.

Así huevo, cartílago, gelatina o, incluso, ictiocola de pescado son algunos de los más populares. Elementos que, ni siquiera con esta finalidad, tienen cabida en la vida de un vegano.

Por esta razón, para que un vino pueda contar con el etiquetado de vino vegano ha de utilizar alternativas a estos ingredientes. Así patata, trigo, guisantes o, incluso, la bentonita se postulan como clarificantes perfectos de origen vegetal para lograr este tipo de vinos.

Para otras bodegas que también elaboran vinos veganos, la purificación del vino se simplifica todavía más. Tanto que, directamente, omiten este paso en sus procesos de elaboración.

Un hecho que provoca que estos vinos estén enturbiados. Algo lógico ya que los agentes que intervienen en el proceso de purificación buscan engordar las partículas en suspensión presentes en el vino, y precipitarlas al fondo.

MÁS QUE INGREDIENTES: EL OTRO TRASFONDO DEL VINO VEGANO

Y si los clarificantes son importante, no lo son menos otros aspectos de los vinos veganos. Y es que, aunque la apariencia dicte que todo es una cuestión de ingredientes, la cosa va mucho más allá.

Como decíamos, el vegano auténtico siente un auténtico compromiso con la naturaleza. Una lealtad que rechaza frontalmente cualquier alteración que la mano del hombre pueda provocar.

Características del vino vegano

Por estos motivos, el vino vegano tiene otra lectura. Nos referimos a que, incluso, son varias las corrientes veganas que abogan por vinos elaborados de una manera respetuosa con la naturaleza. No hablamos, únicamente, de cultivos de uva ecológicos que utilicen la lucha biológica para frenar a las plagas.

Hablamos, también, de otra consideración. Y es que, a pesar de que no existe una legislación específica para este tipo de vinos, lo cierto es que algunas voces apuestan por que solo puedan contar con etiquetado de vino vegano aquellos elaborados de una manera prácticamente artesanal.

O, lo que es lo mismo, vinos que no utilicen animales en las faenas propias del campo. Una línea de coherencia con esos principios de respeto que defienden quienes forman parte de esta corriente vital.

Así las cosas, toca esperar. No solo a que la oferta de vinos veganos aumente e, incluso, que se incremente el número de consumidores en nuestro país. También a que exista una regulación que diferencie de manera clara cuáles son los límites de esta nueva manera de hacer vino.