Carlos Serres

Fiestas de la Vega, tradición y diversión en Haro

Septiembre es, sin lugar a dudas, uno de los momentos más especiales del año en Haro. No solo es el mes en el que la vendimia artesanal llena de vida nuestro viñedo. También es el momento en el que Haro se viste de fiesta para honrar su pasado y su presente con las fiestas de la Virgen de la Vega. Una celebraciones en la que el ambiente festivo se puede respirar en las calles y en la atmósfera del municipio.

Cada año, las fiestas de la Virgen de la Vega no solo reúnen a los jarreños que honran su tradición y sus orígenes. Son, además, un auténtico hito en el calendario de quienes aprovechan estas fechas para vivir intensamente Haro. Y es que, más allá de las celebraciones, estas fiestas son una excusa maravillosa para hacer enoturismo o para entregarse a saborear un municipio que rinde como pocos tributo a su tierra.

Y, aunque las fiestas de la Virgen de la Vega honran la figura de su patrona, el vino también tiene un papel predominante en ellas. Algo que, siendo como es Haro Ciudad del Vino, no podría ser de otra manera.

LA HISTORIA DE NUESTRAS FIESTAS

Conocer a ciencia cierta el origen de las fiestas de la Virgen de la Vega resulta complicado. Y es que la historia se enmaraña con la leyenda, para dar forma a un relato que es, para muchos jarreños, la crónica de su tradición.

Para muchos, el hecho de que la Virgen de la Vega sea patrona de Haro se remonta a muchos siglos atrás. Y, curiosamente, está ligada a una huída. La protagonizada por un grupo de cristianos riojanos que escaparon desde Granada tras la batalla de Guadalete. Una fecha histórica que supondría la entrada de los musulmanes en la península en el año 711. Según cuentan las páginas no contrastadas de la historia, este grupo de cristianos huyó portando consigo la imagen de la virgen. Una que llevarían hasta las orillas del río Ebro. Un lugar que se convertiría en su hogar y que, presuntamente, corresponde con la ubicación actual de Haro.

Fiestas de la Virgen de la Vega de Haro

A pesar de esta historia, no sería hasta el año 1063 cuando aparece por primera vez en los anales citada la iglesia de «Santa María de Abeka». Un lugar que, actualmente, es la Basílica de Nuestra Señora de la Vega.

El peso de la Virgen de la Vega en Haro está íntimamente ligada a la leyenda. Y es que se le atribuye, entre otros milagros, haber obrado el milagro de transformar la cebada en trigo. Según cuentan las páginas paralelas de la historia, una mujer viuda cultivaba unas tierras que tenía arrendadas a cambio de trigo. Sin embargo, la cosecha no fue como ella esperaba: recogió mucha cebada, pero no el trigo suficiente para cumplir con su deuda. Como fiel devota que era de la Virgen, se encomendó a ella en busca de ayuda. Y la divinidad no se lo pensó dos veces: según cuenta la historia, transformó al punto la cebada en trigo. Tanto que aquella mujer no solo pagó su deuda sino que, además, pudo volver a sembrarlo el año siguiente.

En honor a ese prodigio, uno de los rituales de las fiestas de la Virgen de la Vega es repartir entre los asistentes espigas de trigo bendecidas.

¿POR QUÉ DEBERÍAS VISITAR HARO EN FIESTAS?

Vivir en primera persona las fiestas de la Virgen de la Vega es una oportunidad de saborear plenamente la tradición jarreña. Y es que el programa de fiestas de cada año arranca en uno de los lugares más singulares del municipio: los Riscos de Bilibio. El escenario de una de las fiestas del vino que no te puedes perder se viste, en esta ocasión, de romería para honrar a su patrona. Un auténtico pistoletazo de salida para unos días en los que la tradición religiosa y la laica se conjugan.

Rosario de los Faroles de Haro

Una fusión singular que se puede vivir, incluso, el día 8 de septiembre: día de la Virgen de la Vega. Porque, si bien ese día comienza con un concurso de versos y piropos a la Virgen y su consiguiente ofrenda floral, lo que continúa pisa más el terreno de lo pagano. Y es que es entonces cuando se efectúa la pisada del primer mosto de la temporada. Un momento tan emocionante como simbólico.

Con la caída de la noche, es momento de uno de los hitos más especiales del calendario festivo: el Rosario de los Faroles. Una singular procesión declarada de Interés Turístico Regional, en la que la Virgen recorre las calles de la ciudad.

Y no solo eso: aprovechar las fiestas de la Virgen de la Vega es, también, una oportunidad única para disfrutar de la buena gastronomía de Haro. De sus caldos, de su ambiente, de sus gentes.

De todas esas cosas que hacen de esta ciudad una para venir y para volver.