Carlos Serres

Cristalería: diferencias entre cristal y vidrio

Lejos de ser únicamente un recipiente, una copa de vino forma parte del placer de su disfrute. De ella depende que un determinado caldo se oxigene correctamente e, incluso, que mantenga su temperatura. Es precisamente la copa de vino la que hace que podamos acariciarlo. La que nos permite hacer que, incluso, el tacto esté involucrado en ese ritual de descubrir qué se esconde en una botella. Una forma de disfrutar del vino con los cinco sentidos.

Por la importancia que tiene la copa, su correcta elección no depende únicamente de cuestiones estéticas. Es más: el tipo de copa que utilicemos no es para nada secundario. Tanto que, según el tipo de vino, es vital para su cata elegir la correcta. Pero más allá de esta duda, que puede ser resuelta con facilidad, hay otra pregunta recurrente entre los amantes del vino: en lo que respecta a las copas de vino cuáles son mejores, ¿las copas cristal o las de vidrio?

Un interrogante habitual que pasa por conocer más a fondo qué implican unas u otras. La mejor manera de elegir aquella que nos permitirá saborear la experiencia como se merece cualquier vino. Sin renunciar a ninguno de sus encantos.

DIFERENCIAS ENTRE EL CRISTAL Y EL VIDRIO

Para empezar, es importante comprender qué es exactamente el cristal. Porque no, no es lo que conocemos como tal. El cristal es, en realidad, una roca natural. Una que únicamente puede encontrarse en la naturaleza. Con estas pistas, está claro que el uso del cristal que conocemos no tiene esa procedencia. Y es que el cristal que suele utilizarse para las copas o vasos es, correctamente denominado, vidrio plomo o vidrio óptico. O, lo que es lo mismo, copas elaboradas con un vidrio de mayor calidad.

Cómo elegir copas de vino de cristal

Y sí, hablamos de plomo. Porque en ese componente es en lo que radica, realmente, la diferencia entre el cristal y el vidrio. Las copas de cristal incluyen este elemento químico como parte de su elaboración, mientras que el vidrio no lo hace.

Algo que, si bien resulta imperceptible al ojo y al paladar, sí tiene importantes repercusiones en la calidad de una copa.

¿CUÁL ES MEJOR?

Y sí, es inevitable hacerse esta pregunta. Algo lógico si tenemos en cuenta que la elección de la copa es clave para saborear un determinado caldo. O, siendo más precisos, de la experiencia de una copa de vino.

Si hemos de elegir entre las copas de cristal y las copa de vidrio, no hay duda: las de cristal son la elección perfecta. Y no porque sea una imposición sino, más bien, porque hay un buen número de razones para que así sea.

Para empezar, las copas de cristal son mucho más brillantes. Algo a tener en cuenta a nivel estético pero, también, para mejorar el disfrute de la experiencia. Sumado a este aspecto, hay otro clave: su increíble transparencia. Al ser perfectamente incoloras, las copas de cristal son las idóneas para entregarnos al arte de la cata de vinos. Una manera perfecta de poder juzgar un caldo en la primera fase: la fase visual. Pero además de este aspecto, el cristal tiene la capacidad física de refracción y dispersión. Una característica que, a efectos prácticos, nos permite utilizar la copa como un auténtico prisma.

Copas de cristal perfectas para vino

Además de esto, hay un par de aspectos de este material que convierten las copas de cristal en las compañeras perfectas del vino. No solo porque su tacto mejora el momento de la cata, gracias a ser sumamente finas y delgadas. Además, este tipo de material es ideal para acumular durante más tiempo los aromas del vino.

Como único inconveniente, cabe mencionar que son algo más pesadas. Un aspecto menor para poder saborear cualquier vino.

LAS MEJORES COPAS PARA BEBER VINO

Conocidas las características de las copas de cristal, llega otra pregunta inevitable: ¿cómo elegir la copa ideal?

Una duda que, si bien puede resultar complicada, es más sencilla de lo que parece. Tanto que podemos guiarnos simplemente por su porcentaje de plomo. Algo que, lejos de ser menor, es tan importante como que existe una copa específica reglada para la cata. Una que contenga, siempre y de manera imprescindible, al menos un 9% de plomo.

Una guía perfecta para saber elegir la copa de cristal perfecta para vivir plenamente ese momento tan especial de saborear un vino.