Carlos Serres

Aprendiendo sobre vinos con Salvador Dalí

Mencionar a Salvador Dalí es hacer alusión a un mundo de creatividad, ensoñación y hedonismo. Un universo con un estilo tan particular como la personalidad de este genio, que a pesar de nacer en Figueras es patrimonio de toda la humanidad. Su arte fue bandera de una época, y su singular carácter un motor de sentimientos tan encontrados como el amor y el odio. Pero, más allá del Dalí excéntrico y artista, existe un hombre que es menos conocido. Uno amante de placeres tan mundanos como son la buena cocina o el vino.

Que Salvador Dalí sentía una predisposición natural y casi vital por el placer no es ninguna novedad. Lo que sí lo es es descubrir que sentía una auténtica fascinación por el vino. Un compañero que le acompañó durante toda su vida, y que para este artista adquiría una dimensión diferente. Tan distinta que Dalí ideó su propia catalogación de los vinos. Una que difiere en gran medida de la oficial, y se que se sustenta en un aspecto que fue guía y faro de este maestro de las artes: las sensaciones que cada uno de ellos le provocaban.

La firme creencia de Dalí de que así y solo así era la manera correcta de disfrutar el vino le llevó a plasmar en un libro su singular clasificación. Una en la que los cinco sentidos forman parte del disfrute de la copa, y que cobraría un peso único cuando, décadas después, la neuroenología nos explica por qué nos gusta tanto el vino. No iba tan desencaminado el genio de Figueras.

«LOS VINOS DE GALA», LA GUÍA SOBRE VINOS MÁS SURREALISTA

Antes de ver en detalle la singular clasificación de los vinos para Dalí, hay que comprender algo. Esta singular amalgama de tipos de uva, tipos de vino y sensaciones se recogió en una publicación firmada por él mismo llamada «Los vinos de Gala». Una edición que vendría a complementar un primer libro, en el que su musa también era objeto de sus páginas. Bajo el nombre «Las cenas de Gala», esta primera publicación honraba a través de 136 recetas algunos de los platos más simbólicos de la mujer de Dalí.

Los vinos de Gala, la clasificación de Dalí del vino

Su segunda edición, centrada en los vinos y reeditada recientemente, es hoy un valorado objeto de colección pero, también, un candidato perfecto para quienes buscan libros sobre vinos para regalar. Porque, más allá de la particular y surrealista manera de Dalí de ver el mundo del vino, cuenta con otro increíble atractivo: al igual que su libro de cocina, sus páginas están ilustradas con el característico estilo de este artista. Algo que convierte la publicación en un tesoro por partida doble.

Pero vayamos a la clasificación de Dalí de los vinos. Una que, como decíamos, está fundamentada en aquellas sensaciones que cada uno de ellos despertaba tanto en este artista polifacético como en su compañera de vida. La catalogación no deja indiferente a nadie y puede ser, en sí misma, un ejercicio al que someterse si nos entregamos al arte de la cata de vinos.

El libro se distribuye en dos bloques. El primero, denominado, «Diez vinos del divino», se centra en el decálogo de caldos favorito del artista y su musa. Eso sí: explicados a su singular modo, en el que emoción y sensaciones se mezclan de una manera cuanto menos singular. En el segundo bloque puede encontrarse la clasificación al estilo Dalí.

LOS VINOS SE DISFRUTAN CON LOS CINCO SENTIDOS

Ahondemos en este segundo bloque del libro de Dalí. Ese en el que podemos comprender la dimensión que el vino tenía para este artista para quien todo pasaba por los cinco sentidos.

Detalle del interior de "Los vinos de Gala" de Dalí, editado por Taschen
Detalle del interior de «Los vinos de Gala» de Dalí, editado por Taschen

Y no solo eso: también viene a demostrar el extenso conocimiento vinícola que tenía.

1. Vinos de gozo

Vinos que se deben tomar fríos y con vocación de aperitivo. En esta categoría, Dalí incluye caldos tan variados como los vinos verdes portugueses, los vinos blancos suizos y un buen número de vinos californianos.

2. Vinos de púrpura

Vinos con potencia aromática. Dalí incluso se atreve a ahondar en los aromas del vino con su particular sello. Dice de caldos como el Borgoña tinto o los vinos chilenos que cuentan con notas de «cuero de Rusia y tabaco de La Habana».

3. Vinos de esteta

Vinos destinados a cenas de altos vuelos, como el Burdeos tinto o los vinos alemanes.

4. Vinos de aurora

Refrescantes y versátiles. Engloba caldos como los vinos rumanos o de Languedoc.

Libro "Los vinos de Gala" de Taschen
Interior de la publicación «Los vinos de Gala» de Taschen

5. Vinos voluptuosos

Perfectos para el envejecimiento, capaces de despertar caricias. En esta clasificación, Dalí incluye vinos de Europa Central.

6. Vinos de luz

Secos y afrutados. Para Dalí, son vinos para beber por placer y no por sed. Esto incluye los vinos alsacianos, del Loira y los vinos italianos.

7. Vinos generosos

«Deliciosos compañeros para ver la televisión». Una catalogación curiosa para vinos de Oporto, Rosellón o Sudáfrica.

Dibujo de Salvador Dalí para ilustrar "Los vinos de Gala", de Taschen
Dibujo de Salvador Dalí para ilustrar «Los vinos de Gala», de Taschen

8. Vinos frívolos

«Nadie se atrevería a negar que puede regarse toda una comida con champán». Así lo resume el genio.

9. Vinos de velo

Un apartado en el que el Jerez y el vino amarillo del Jura tienen un peso específico.

10. Vinos de los imposible

En este caso, imposible hace referencia en palabras de Dalí a lo extravagante. Una clasificación más que personal para los vinos de hielo suizos, los vinos de paja y los caldos griegos.