Carlos Serres

El Barrio de la Estación: la cata del vino

Pocos lugares respiran tanta tradición de vino como el Barrio de la Estación de Haro. Un espacio que se conformó en plena Revolución Industrial y que, todavía hoy, salvaguarda la esencia de lo que le vio nacer: la pasión por saborear, en forma de vinos, el sabor del terruño de la zona.

No es difícil imaginar cómo tenía que ser este Barrio, nacido gracias en gran medida a la afluencia de bodegueros franceses en los años 60 del siglo XIX. Un lugar que se convirtió en el centro neurálgico de una población que, todavía hoy, tiene el vino como seña de identidad.

Y si el vino es el leit motiv de este barrio, no lo es menos el que le da nombre y supuso el corazón del mismo durante muchas décadas: el ferrocarril.

Historia del Barrio de la Estación

Lugar emblemático de Haro, es considerado «la milla de oro de La Rioja» y no le falta razón al sobrenombre. El barrio que, a día de hoy, concentra el mayor número de bodegas centenarias del mundo se creó de la nada para dar respuesta al creciente comercio de vino. Uno de los momentos más florecientes de la economía de Haro, que vino dado por las plagas de oidium y filoxera que terminaron con los viñedos franceses.

Un revés para una de las actividades económicas por excelencia de la Borgoña y una gran oportunidad de negocio para una ciudad que, a pesar de contar con tradición vitivinícola, no había vivido semejante desarrollo hasta entonces. De la mano del vino, de su consagración como lugar perfecto para elaborarlo, llegó el progreso al municipio comenzando por las vías férreas. Un sistema de locomoción que se postulaba como el futuro, por su velocidad y capacidad de transporte (tanto de personas como de esas barricas de vino que viajaban con destino al mercado francés), y que facilitó la exportación dentro de la propia Rioja de uvas y vinos.

Aspecto del Barrio de la Estación en los primeros años del ferrocarril
Aspecto del Barrio de la Estación de Haro en los primeros años del ferrocarril

Haro pasó, así, a ser parte de la línea de ferrocarril que unía Tudela con Bilbao. Algo que hizo de su estación un auténtico estandarte del desarrollo de la ciudad. Alrededor de ella, no solo comenzaron a ubicarse bodegas de vinos sino también muchos otros negocios relacionados con el vino (fábricas de abonos, aguardientes y jabones). Un espacio económico que comenzó a crecer, salpicado todavía por algunas zonas sembradas de viñas, hasta consolidarse como el corazón del municipio todavía a día de hoy.

La tradición del vino de Haro

Lejos de aquel pasado que marcó para siempre la historia de Haro, hoy todavía el Barrio de la Estación sigue siendo la auténtica ruta del vino del municipio. No solo porque no ha perdido la esencia de ese pasado glorioso que convirtió Haro en Capital del Rioja sino, además, porque ha sabido conservar las raíces de una historia ligada de manera inherente al vino.

barrio de la Estación de Haro
Atribución | Sophoco

Casonas palaciegas, palacios, trenes de la época que ya no circulan y una estación enológica fundada en el siglo XIX (que hoy acoge el Centro de Interpretación del Vino de La Rioja) son algunos de los reclamos de un barrio en el que resulta sencillo empaparse del pasado de Haro pero, también, de una apuesta de futuro con un protagonista añejo: el vino.

Atribución imagen principal | David JGB